24 de noviembre de 2008

Entrevista a Rio Ferdinand

A principios de mes, Rio Ferdinand recibió un regalo de cumpleaños increíble. Diego Maradona, el nuevo seleccionador de Argentina, apareció por el centro de entrenamiento Trafford del Manchester United, en Carrington, para hablar con Carlos Tévez. Maradona le regaló por su 30 cumpleaños una camiseta firmada, que seguramente ocupa ya un sitio de honor en el cajón de los tesoros del defensa de Inglaterra, junto a su colección de medallas y a la lista de convocatorias para la selección nacional.

Tan sólo en 2008, Ferdinand ha sido uno de los pilares de un equipo que ha ganado dos de los premios más prestigiosos y difíciles de conquistar del fútbol de clubes: el título de la Premier League inglesa y la Liga de Campeones de la UEFA. Ahora, el futbolista londinense confía en añadir a su palmarés la Copa Mundial de Clubes de la FIFA antes de finales de año.

¿Recuerda el momento en el que Alex Ferguson le pidió que fuera capitán del Manchester United en la final de la Liga de Campeones de la UEFA?
No me lo pidió de ninguna forma en concreto. Tan sólo anunció el equipo y lógicamente, como ni Gary [Neville] ni [Ryan] Giggs estaban en la lista, yo figuraba como capitán. Fue así de sencillo. Pero tiene gracia, porque en aquel momento no se me pasó por la cabeza lo que eso implicaba; ni siquiera se me ocurrió que sería yo quien recogería el trofeo en caso de conseguirlo. Sólo caí en la cuenta cuando ganamos el partido y alguien, no recuerdo muy bien quién, se me acercó y me dijo: ‘Tienes que llevar al equipo escaleras arriba'. Fue entonces cuando me di cuenta del significado que tenía ser el capitán precisamente aquella noche. Me emocioné. Jamás me había sentido tan orgulloso en toda mi carrera.

¿Ser capitán cambia la forma en la que uno juega?
No, la verdad es que no. Lógicamente tienes más responsabilidades, pero si cambias radicalmente la forma de jugar cuando recibes el brazalete, ya no podrás ofrecer el tipo de actuaciones que te han hecho capitán. Si te han confiado el brazalete es porque el míster cree que estás demostrando con tu juego tus dotes de liderazgo; o sea, que más te vale seguir jugando como siempre.

Este tipo de trabajo debe de ser más fácil en el Manchester United o en Inglaterra, pues son dos equipos repletos de hombres con dotes de liderazgo.
Eso es cierto, porque a todos esos jugadores les mueve el deseo de ganar y la sed de triunfos. El Manchester tiene un equipo que sabe mandar, y eso mismo se puede decir también de la actual selección de Inglaterra. Creo que esa cualidad es muy importante para un equipo de éxito.

Como no podía ser de otra forma, usted alzó el trofeo junto con Giggs, el autor del penal que otorgó la victoria al equipo. ¿A quién le tocaba lanzar el siguiente?
¡A mí! Me pasé todo el rato pensando por dónde iba a meter el balón y repitiéndome mentalmente cómo quería ejecutar el lanzamiento. Pero, al final, no tuve que hacerlo. Estaba muy nervioso, la verdad, pero sobre todo muy agradecido a Edwin [van der Sar] por haber parado el último.

¿Se pone nervioso antes de grandes partidos como aquél?
La última vez que me puse nervioso antes de un gran partido, es decir hasta el punto de que la situación llegara a abrumarme, diría que fue en el Brasil-Inglaterra, en Japón, durante el Mundial de 2002. Si puedo prepararme bien para un encuentro y seguir una rutina fija sin salirme de ella, no suelo ponerme nervioso.

Acaba de mencionar Japón, adonde regresará el mes que viene. ¿Qué recuerdos guarda de sus visitas al país como futbolista?
Me encanta visitar Japón. Me gusta mucho. Es un país fantástico, muy variado. Su gente es estupenda y parece entusiasmada con el fútbol. Los estadios son geniales y tienen instalaciones realmente excelentes. Me fue bastante bien en Japón en 2002 con Inglaterra. De hecho, debido precisamente a mi rendimiento en aquel Mundial, conseguí el contrato con el Manchester United. Estoy seguro de que en el futuro, cuando repase mi carrera, siempre recordaré Japón con mucho cariño.

¿Puede destacar algún momento especial de la Copa Mundial de la FIFA 2002?
Creo que el gol que marqué contra Dinamarca en octavos de final. Jugamos especialmente bien en aquel partido, y yo conseguí mi primer gol con Inglaterra en un Mundial. Fue un momento increíble.

Ahora, seis años después, regresa para la Copa Mundial de Clubes de la FIFA. ¿Ha sido 2008 su mejor año como futbolista profesional?
Si hablamos de títulos, sin duda alguna. Nada hay más grande que ganar el mismo año la liga y la Liga de Campeones. Y ahora aspiramos a convertirnos en campeones del mundo. Sería maravilloso empezar la temporada con otro trofeo en las vitrinas. Nuestra sed de triunfos es insaciable. ¡Ojalá lo consigamos!

¿Conocen a los demás equipos que participarán en el campeonato?
La verdad es que no demasiado, pero el míster está trabajando en ello. Para cuando lleguemos, estaremos perfectamente preparados.

¿Cree que ha progresado mucho como futbolista en el tiempo que lleva en el Manchester United?
La verdad es que estoy mejorando constantemente. En mi primera temporada ganamos la liga, aunque, si le soy sincero, no me veía a mí mismo como una pieza importante del equipo. Jugué en todos los partidos, pero me sentía como si me pasaran por encima sin sentir, sin que yo tuviera prácticamente ninguna responsabilidad sobre el terreno de juego. Creo que, desde entonces, cada año he progresado un poco más en este sentido.

Usted empezó la carrera jugando en el centro del campo, ¿le costó mucho convertirse en defensa?
No demasiado. Cuando tenía 14 o 15 años, mi entrenador me preguntó si no me importaba jugar de central durante un día. Lo hice y he seguido haciéndolo desde entonces. Cuando era más joven, me adelantaban de vez en cuando al mediocampo o incluso a la delantera para ver si marcaba. Pero ya no.

De hecho, actualmente está marcando goles con más regularidad. ¿A qué se debe?
Antes, cuando me ponía a ejecutar lanzamientos a balón parado, pensaba ‘vamos a ver qué sale', pero ahora me concentro totalmente. Sé cómo voy a tomar carrerilla, cómo quiero chutar el balón para imprimir más peligro al lanzamiento...

Además de haber jugado de delantero en casos de aprieto, de mediocampista y de defensa, usted llegó a ponerse entre los tres palos en enero, durante un partido del Manchester en la Copa de Inglaterra, como resultado de la expulsión de Tomasz Kuszczak. ¿Qué le pareció la experiencia?
Jamás en mi vida volveré a jugar de portero. Es la posición más solitaria que existe sobre el terreno de juego. No entiendo cómo los guardametas pueden acostumbrarse. Estás allí más solo que la una, te pasas un montón de rato sin ver ni tocar el balón, y encima te exigen que, de repente, hagas genialidades y paradas capaces de decidir un partido. ¡Es horroroso!

¿Quién es su héroe en el mundo del deporte y fuera de él?
Mi héroe deportivo es Roger Federer, por la manera en la que ha dominado el mundo del tenis: con elegancia, concentración y estilo. Esas cualidades las admiro muchísimo, porque, como deportista, sé lo difícil que es rendir así una semana tras otra. Fuera del deporte, admiro a Nelson Mandela por todo lo que ha hecho. Ha entregado la vida entera a su nación.

La próxima Copa Mundial de la FIFA se celebrará en el país de Nelson Mandela. ¿Le ilusiona la perspectiva de jugar allí?
Sería el "no va más" recibir la Copa del Mundo de manos de Nelson Mandela. No existe mejor hombre que él para ese honor. Tenemos que luchar por ese sueño, pero todavía nos queda un largo camino por recorrer.

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